Política de Empresa: Diseño de una estrategia competitiva sostenible
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Resumen
En base al modelo de Porter sobre Estrategia Competitiva, se establece una metodología general para diseñar, establecer, y poner en práctica en la Empresa, una Estrategia Competitiva que se denomina Sostenible, ya que implica que debe ser mantenida permanentemente en la empresa en base al Plan de Innovación. El proceso requiere para ser eficaz, una vigilancia y actualización constante, desarrollando una actitud proactiva hacia la mejora de continua de la competitividad, por parte de la Dirección de la Empresa. Palabras clave: Estrategia, competitiva, sostenible Se cumplen 25 años desde que Michael Porter estudió las ventajas competitivas, así como las estrategias genéricas que debían seguir las empresas para competir con éxito, formalizado en detalle su modelo (1). Con la ayuda de éste, y dado que se trata de una aportación muy fecunda para estudio de los sectores industriales y de la competencia, podría parecer que se dispone de la clave para asegurar la competitividad de la empresa, y por lo tanto su supervivencia. Nada más lejos de la realidad práctica: La empresa evoluciona de una manera continua y también lo hace el entorno, y puede afirmarse como lo hacía un emprendedor de gran experiencia que: “Cada empresa tiene un lobo a la puerta”. Así como en el caso de las personas se va produciendo un deterioro continuo de sus capacidades físicas casi desde la juventud, en el caso de la empresa, el conjunto formado por: El entorno, los productos, y los competidores, erosiona de forma constante la competitividad de la misma. Ninguna ventaja competitiva perdura y la empresa está obligada a vigilar la suya y a modificarla de forma continuada. Cuando una empresa muestra síntomas de crisis y su competitividad se ha deteriorado mucho, el camino a seguir para mejorarla, suele verse con claridad, así como las medidas que se deben tomar para recuperarla. Lo que no suele estar tan claro es, si se ha llegado a tiempo de cortar el mal que aqueja a la empresa, y si de la situación se saldrá a través de “operaciones quirúrgicas” de reestructuración con fuerte traumatismo y turbulencia, o si por el contrario, la empresa tiene ya sus días contados. En el caso anterior, si no se cierran los ojos a la realidad, o si no se toman opciones de tipo político que en general no suelen servir más que para complicar el problema y demorar la solución, la estrategia a seguir suele ser clara, aunque ésta pueda implicar sacrificios importantes de todo tipo, para resolver de forma satisfactoria la situación. Suele ser frecuente que ante una crisis, la dirección de la empresa afirme, que el problema potencial era ya conocido, pero que los tiempos anteriores de bonanza no eran los más oportunos para realizar cambios pensando en el futuro; todo invitaba a no hacer nada, retrasar las decisiones, e incluso se tendía a minimizar los signos ó señales de aviso, que el mercado y los competidores emitían, poniendo en evidencia que la posición competitiva se iba deteriorando progresivamente. No faltan tampoco posturas estériles que no acaban de asumir la situación, lo cual se encuentra admirablemente descrito en (2), ni tampoco faltan alusiones a circunstancias especiales, y a veces a la “mala suerte” (3). Parece pues, que resulta indispensable ocuparse de la competitividad a largo plazo y de los problemas potenciales que amenazan a la empresa diseñando una estrategia adecuada que evite llegar a una situación difícil en el futuro. Cabría entonces hablar de Estrategia Competitiva Sostenible. Al igual que en Medio Ambiente, se habla del uso sostenible de los recursos, se podría hablar de Estrategia Sostenible que sería una estrategia que adecuadamente formulada para la situación del conjunto empresa-productos-mercados y competencia actual, tenga presente una evolución tomando medidas de forma continuada que posibiliten el mantenimiento de la competitividad futura. De este modo se trataría de evitar situaciones de deterioro y crisis como las descritas en el párrafo anterior, pero sobre todo, se trataría de preparar los cambios con tiempo suficiente para poder realizarlos sin traumas. Por lo tanto, para estudiar la formulación de una Estrategia Competitiva Sostenible se partirá de situaciones reales estables más o menos cómodas en la vida de la empresa, siendo entonces necesario prever los aspectos estratégicos a cuidar para minimizar las amenazas futuras. Si esto no fuese así y la empresa tuviese gravemente mermada su competitividad, habría que tomar medidas “contra-reloj”, lo que no tendría ninguna relación con una Estrategia Sostenible sino con una situación de emergencia a la que hay que prestar una atención preferente. En la figura nº1 se muestran en forma general, las situaciones de competitividad que pueden darse en una empresa, siguiendo el modelo de Porter, así como las estrategias genéricas sostenibles a seguir, desde la situación de partida, para hacer mejorable esta competitividad. Las diversas situaciones que se pueden dar en la empresa quedan caracterizadas como sigue: